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¿Qué son los meningiomas benignos?

El término meningioma benigno se refiere a los tumores cerebrales benignos que afectan a las meninges duras. Los meningiomas benignos se desarrollan a partir de las células de revestimiento de las meninges blandas y se forman principalmente en la edad adulta. Las mujeres a partir de la 5ª década de vida se ven afectadas por la enfermedad con una frecuencia superior a la media. La enfermedad afecta a las mujeres aproximadamente el doble que a los hombres, pero rara vez se presenta antes de los 40 años.

Casi el 25% de todos los tumores del sistema nervioso central son meningiomas benignos, que suelen aparecer en casos aislados. A diferencia de los meningiomas malignos, los benignos están bien definidos y no crecen hacia el tejido cerebral adyacente. Según la gravedad del tumor y el tipo de tratamiento, las posibilidades de recuperación son buenas o malas. En cualquier caso, se recomienda la rehabilitación tras la extirpación quirúrgica del tumor.

¿Cuáles son los distintos tipos de meningiomas benignos?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue entre los dos grados siguientes en relación con los meningiomas benignos:

  • Grado I de la OMS: Losmeningiomas representan más del 85% de todos los meningiomas benignos, que suelen poder extirparse completamente mediante cirugía y tienen un pronóstico favorable
  • Grado II de la OMS: Los meningiomasatípicos representan alrededor del 10% de todos los meningiomas benignos, que tienen un mayor potencial de crecimiento y presentan una elevada tasa de recidiva incluso tras la extirpación completa del tumor. Por tanto, un meningioma atípico debe vigilarse regularmente tras la intervención quirúrgica.

 
El tercer grado de la OMS es un meningioma anaplásico, que es bastante raro y describe un tumor maligno de las meninges. La clasificación del tumor en este esquema es importante tanto para el tratamiento como para el pronóstico.

¿Qué causa la formación de un meningioma?

Un meningioma está causado por la degeneración de un determinado tipo de células. Las razones exactas de esta degeneración aún no están claras, pero los médicos suponen que una predisposición genética podría contribuir al desarrollo del meningioma. Otros factores de riesgo son las radiaciones ionizantes, por lo que los niños que han sido tratados con radioterapia para el cáncer tienen mayor tendencia a desarrollar meningiomas.

¿Qué síntomas puede causar un meningioma benigno?

Como la mayoría de los meningiomas benignos crecen con bastante lentitud, la enfermedad puede cursar sin síntomas durante algún tiempo. Sólo al final del curso de la enfermedad pueden aparecer síntomas como dolores de cabeza o, lo que es peor, convulsiones. Los síntomas pueden explicarse por el hecho de que el tumor, que se ha hecho bastante grande, presiona otras regiones cerebrales o estructuras nerviosas. Además de los dos síntomas ya mencionados, pueden desencadenarse las siguientes molestias más bien inespecíficas:

  • Mareos,
  • Parálisis,
  • Pérdida del sentido del olfato
  • Vómitos,
  • Alteraciones visuales hasta parálisis del músculo ocular,
  • Trastornos respiratorios y/o de la conciencia,
  • Aumento de la tensión arterial con descenso simultáneo de la frecuencia cardiaca,
  • Dolor y/o alteraciones sensoriales,
  • Trastornos de la marcha
  • Molestias al ir al baño

 
La aparición y la intensidad de los distintos síntomas dependen de la región del cerebro sobre la que presiona el tumor.

¿Cómo se diagnostica un meningioma benigno?

Si el tumor es asintomático, suele descubrirse por casualidad. Puede ser así, por ejemplo, mediante los procedimientos habituales de diagnóstico por imagen de una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM). Además, puede realizarse una medición del flujo sanguíneo del cerebro y tomarse una muestra de tejido del tumor (biopsia). Los meningiomas suelen tener forma plana o nodular y suelen localizarse en el cráneo. Menos del diez por ciento de todos los tumores cerebrales crecen en el canal medular o en la piel de la médula espinal.

¿Cómo se trata un meningioma benigno?

Si la enfermedad no causa ningún síntoma, al principio no es necesario ningún tratamiento. Lo mismo ocurre con los pequeños meningiomas asintomáticos, que sólo deben examinarse a intervalos regulares mediante una TC o una RM. Sin embargo, si el meningioma benigno provoca síntomas, normalmente debe intentarse extirpar el tumor quirúrgicamente. En el caso de un tumor que tenga un grado de gravedad I según la OMS, la extirpación quirúrgica completa suele ser posible sin problemas. Si el tumor es muy vascular, los vasos sanguíneos pueden cerrarse mediante la llamada embolización, que evita una pérdida excesiva de sangre. Si el meningioma no puede extirparse completamente mediante cirugía, las células tumorales restantes se destruyen tras la operación mediante radioterapia.

¿Cuál es el pronóstico del meningioma benigno?

El pronóstico de curación completa depende siempre de la gravedad de la enfermedad. Con un tumor de la primera gravedad, hay muchas posibilidades de extirparlo por completo, lo que también aumenta las probabilidades de curación completa. Un meningioma de tipo II conlleva el riesgo de que, incluso tras una intervención quirúrgica satisfactoria, el tumor vuelva a crecer al cabo de un tiempo y sea necesaria otra operación. Un tumor cerebral maligno de tipo III es peligroso porque puede hacer metástasis y tiene muy pocas posibilidades de curación. La tasa general de supervivencia a 5 años de un menigeoma es de aproximadamente el 90%. Sin embargo, independientemente de que las posibilidades de curación sean buenas o malas, la rehabilitación siempre debe seguir al tratamiento del meningioma.

¿Cómo es la rehabilitación de un meningioma?

La rehabilitación tras el tratamiento de un meningioma puede ser ambulatoria u hospitalaria. Normalmente, los pacientes deben someterse a rehabilitación neurológica tras la cirugía del meningioma benigno. En este caso, la atención se centra en los trastornos causados por el tumor cerebral. Pueden ser, por ejemplo, déficits mentales, alteraciones de la motricidad, trastornos del sentido del equilibrio o del habla, e incluso parálisis.