¿Qué es el carcinoma nasofaríngeo?
El carcinoma nasofaríngeo es un tipo de cáncer de la nasofaringe y suele presentarse como carcinoma de células escamosas. El carcinoma nasofaríngeo es uno de los cánceres malignos más frecuentes de la faringe. La enfermedad tumoral se manifiesta por una secreción nasal sanguinolenta unilateral, pero también puede causar pérdida de audición, dolor de oído y/o hinchazón facial con sensación de entumecimiento. El carcinoma nasofaríngeo se diagnostica mediante biopsia. El diagnóstico por imagen puede evaluar la extensión de la enfermedad. En la mayoría de los casos, el carcinoma nasofaríngeo se trata con radioterapia y/o quimioterapia, y en casos más raros puede operarse el tumor.
¿Qué es la nasofaringe?
La nasofaringe también se denomina tracto aerodigestivo superior e incluye la zona de la nariz, la boca y la garganta. La nasofaringe es el lugar donde el interior de la nariz, llamado cavidad nasal, se une a la garganta. Dado que la nasofaringe está cubierta por unas células llamadas escamosas, el carcinoma nasofaríngeo suele presentarse como carcinoma de células escamosas. Las llamadas células escamosas forman el epitelio, una barrera en la superficie de la nasofaringe.
Incidencia del carcinoma nasofaríngeo
El carcinoma nasofaríngeo puede desarrollarse en cualquier grupo de edad y es especialmente frecuente en la región del Mar de China Meridional. En EE.UU. y Europa occidental, el carcinoma nasofaríngeo es uno de los cánceres más frecuentes entre los inmigrantes chinos. Los grupos de personas con ascendencia del sur de China y del sudeste asiático se ven afectados con especial frecuencia.
Además de la ascendencia, también se sospecha que la ingesta de cantidades de nitritos superiores a la media y el consumo frecuente de pescado salado aumentan el riesgo de carcinoma nasofaríngeo. Sin embargo, el virus de Epstein-Barr (VEB), la correspondiente predisposición hereditaria y las influencias ambientales también aumentan significativamente el riesgo de formación de tumores.
¿Cuáles son los síntomas del carcinoma nasofaríngeo?
El carcinoma nasofaríngeo suele manifestarse por metástasis palpables en los ganglios linfáticos de la garganta y alteraciones de la respiración nasal. Sin embargo, también puede producirse pérdida de audición debido a la afectación de la nariz, o trompa de Eustaquio, y puede dar lugar a un derrame en el oído medio. Como consecuencia, el paciente puede quejarse de dolor de oído, rinorrea con sangre y/o hemorragias nasales (epistaxis).
Si el tumor se extiende, el bulbo ocular puede sobresalir de la órbita (exoftalmos), puede aparecer visión doble y trastornos visuales y/o olfativos. Si el tumor ha penetrado hasta la base del cráneo, también puede provocar parálisis de los nervios craneales, lo que da lugar a fuertes dolores de cabeza resistentes a la terapia.
¿Cómo se diagnostica el carcinoma nasofaríngeo?
Si se sospecha un carcinoma nasofaríngeo, el médico examinará primero la respiración bucal, los linfomas de la garganta y realizará un examen en espejo y/o un examen endoscópico de la nasofaringe. Durante estos exámenes, se toma una muestra de tejido de las lesiones existentes y luego se realiza una biopsia. La biopsia permite determinar con certeza si el cáncer es maligno.
Dado que la base del cráneo también está afectada en aproximadamente el 25% de los pacientes, también debe realizarse un TAC para comprobar la función de los nervios craneales y determinar hasta qué punto se ha extendido ya el tumor. Un TAC revela cambios óseos en la base del cráneo. Además, un TEP puede revelar la extensión del tumor, así como los vasos linfáticos cervicales, lo que es esencial para clasificar los distintos estadios cancerosos de los tumores de cabeza y cuello.
Dado que el carcinoma nasofaríngeo suele desarrollarse discretamente y apenas causa molestias, el tumor suele estar ya muy avanzado cuando se diagnostica.
¿Cómo se trata el carcinoma nasofaríngeo?
El carcinoma nasofaríngeo puede extirparse mediante cirugía o tratarse con quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, la intervención quirúrgica suele ser extremadamente difícil debido a la localización del tumor y sólo puede utilizarse en tumores pequeños. Por tanto, el carcinoma nasofaríngeo suele tratarse con quimioterapia y radioterapia, y se utiliza principalmente para reducir el tamaño del tumor. Si además hay sospecha de metástasis en los ganglios linfáticos del cuello, se realiza la llamada disección del cuello. Se trata de una intervención quirúrgica en la que se extirpan todos los ganglios linfáticos malignos del cuello.
Si el tumor reaparece tras un tratamiento satisfactorio, el denominado tumor recurrente se trata con radioterapia adicional. Otra alternativa es la resección de la base del cráneo. En este caso, puede ser necesario extirpar parte del maxilar superior para crear un acceso. En algunos casos, sin embargo, la resección también puede hacerse por vía endoscópica.
¿Cuál es el pronóstico del carcinoma nasofaríngeo?
Si el carcinoma se diagnostica y se trata en un estadio precoz, la tasa de supervivencia a 5 años oscila entre el 60 y el 75%. Si, por el contrario, el carcinoma se descubre en el estadio IV y se inicia el tratamiento, la tasa de supervivencia a 5 años se reduce a menos del 40%. Incluso tras el tratamiento satisfactorio de un carcinoma nasofaríngeo, es importante realizar revisiones periódicas para detectar precozmente cualquier nueva formación tumoral y tratarla en consecuencia.