Efecto de la terapia de frecuencia
Básicamente, la terapia de frecuencia es una "ciencia antigua". Ya hace miles de años, la utilizaban los sabios egipcios para la terapia del dolor mediante anguilas eléctricas. Sin embargo, con la modernización de la medicina química, cayó un poco en el olvido. Sin embargo, hace unas décadas, algunos científicos redescubrieron esta forma de terapia y el efecto del campo energético en el ser humano. Desde entonces, se ha vuelto a utilizar con éxito y goza de un número cada vez mayor de usuarios por buenas razones.
¿Cómo puede funcionar la terapia de frecuencia?
Se dice que el científico Dr. Royal Raymond Rife descubrió por primera vez que los agentes patógenos, como los virus o las bacterias, también tienen vibraciones. Como estas oscilaciones pueden calcularse con gran precisión, la oscilación natural de estos microorganismos con influencia negativa puede amplificarse mediante la terapia de frecuencia. Si la oscilación natural se aumenta hasta un determinado nivel, las cadenas de ADN de los microorganismos se disuelven y acaban estallando. De forma parecida a como la voz de un cantante de ópera puede hacer vibrar un vaso hasta que se rompe, aquí la resonancia tiene efecto hasta en cada célula individual.
La Dra. Hulda Clark también investigó en este campo. Sus experiencias la llevaron a la conclusión de que la combinación de disolventes y ciertos parásitos en el organismo puede provocar muchas enfermedades y dolencias graves. Los disolventes procedentes de toxinas ambientales, cosméticos, etc. destruyen las larvas de los parásitos y, por tanto, provocan su propagación en el cuerpo humano.
La investigación de Robert C. Beck se basó en los descubrimientos de la Dra. Hulda Clark. Beck trabajó en la gama de frecuencias más bajas e inventó el método de "electrificación de la sangre" con su propio aparato de terapia de frecuencias.
¿Qué aparatos existen y cómo funcionan?
Hoy en día existen muchos aparatos diferentes de terapia de frecuencia. El aparato más adecuado para la práctica depende totalmente del objetivo del tratamiento y de las exigencias del aparato de terapia de frecuencia. Los zappers, por ejemplo, transmiten frecuencias a través de la piel, pero no llegan a las capas más profundas ni a los órganos llenos de aire. Hay aparatos móviles para viajar, así como estáticos para usar en casa o en un instituto. A diferencia de los zappers, los generadores de plasma crean campos electromagnéticos que pueden penetrar en todo el cuerpo, provocando una reacción en las células del organismo. Los aparatos de terapia de frecuencia sólo deben utilizarse con los conocimientos adecuados. Por ejemplo, si se utilizan frecuencias equivocadas para la terapia, ésta no funcionará.
Un tratamiento debe utilizarse siempre en consulta con un médico. Un diagnóstico médico convencional exacto y un seguimiento continuo pueden garantizar el éxito de una terapia de frecuencia.