El efecto antiinflamatorio es una de las propiedades del hidrógeno ampliamente investigadas. Esta cualidad abre la puerta a un potencial inconmensurable en la curación de enfermedades, ya que casi todos los procesos patológicos implican alguna forma de inflamación en su patogénesis. Antes de entrar en cómo reduce el hidrógeno esta inflamación, veamos qué es esta inflamación y cómo nos afecta.
¿Qué es la inflamación?
La inflamación, en pocas palabras, es la respuesta del organismo a una lesión. Estas lesiones pueden ser de distinta naturaleza. Puede tratarse de un hematoma, un corte, un cuerpo extraño, agentes patógenos como bacterias, virus y hongos, o de sustancias químicas o radiaciones. La zona estará roja, hinchada, caliente y dolorida, asociada a una restricción o pérdida de función de esa parte del cuerpo. Estas características indican que hay una inflamación aguda. Se trata de la respuesta inmunitaria normal del organismo para contener la infección y curar la lesión. La inflamación produce sustancias como las citocinas y células como los leucocitos, los macrófagos, que en realidad pueden acelerar el proceso de curación. Pero en algunos casos, este proceso inflamatorio agudo también puede ser perjudicial. El tejido inflamado puede afectar a otras estructuras vitales, perjudicando su función y provocando enfermedades.
El proceso inflamatorio normal puede convertirse en patológico en la inflamación crónica. La inflamación crónica libera muchas sustancias nocivas que pueden dañar órganos de todo el cuerpo durante largos periodos de tiempo. Entre las enfermedades con inflamación crónica están la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal, la hepatitis crónica, etc.
¿Cómo reduce el hidrógeno la inflamación?
Se ha demostrado que el hidrógeno reduce la inflamación en modelos animales y en humanos. Este efecto está relacionado con el hecho de que reduce el estrés oxidativo causado por los radicales libres, que desempeñan un papel importante en la inflamación, donde la inflamación promueve la formación de radicales libres y los radicales libres formados promueven la inflamación. Se cree que el efecto sobre los radicales libres hidroxilo es el principal mecanismo de cómo el hidrógeno ejerce su efecto antiinflamatorio. También puede actuar suprimiendo la formación del factor de necrosis tumoral α (TNF α) de los macrófagos, ya que éste es uno de los mediadores del proceso inflamatorio. Al mismo tiempo, se produce un aumento de la interleucina 10 y una regulación general de la expresión de citocinas hacia perfiles antiinflamatorios. Como el mecanismo exacto no se conoce del todo, también puede tener otros efectos.
Efectos de la antiinflamación en los órganos
Se ha demostrado que las propiedades antiinflamatorias ayudan en muchos procesos patológicos de diversos órganos y sistemas corporales.
En el sistema gastrointestinal, el agua enriquecida con hidrógeno fue capaz de reducir la inflamación y el desarrollo de fibrosis del hígado en la infección hepática inducida por parásitos en modelos animales. El agua con hidrógeno también fue capaz de proteger el hígado de la lesión por isquemia-reperfusión. Se cree que esto se debe a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Otros estudios en animales han mostrado los siguientes resultados:
Puede producirse insuficiencia hepática tras intervenciones quirúrgicas importantes en el hígado, como la hepatectomía. La solución salina rica en hidrógeno administrada por vía intraperitoneal puede reducir la aparición de esta complicación al inhibir la producción de citoquinas inflamatorias. Algunas de estas citocinas son el TNF α, la interleucina 6 (IL 6) y la HMBG 1.
Se ha demostrado que la inhalación de hidrógeno reduce la inflamación y el rechazo del injerto en los trasplantes intestinales
Se ha demostrado que la solución salina rica en hidrógeno administrada en infusión protege el corazón en caso de infarto de miocardio o ataque cardíaco. Se ha observado un aumento de los niveles de superóxido dismutasa y de la actividad Na(+)-K(+)-ATPasa, una disminución de la actividad Ca(2+)-ATPasa y un descenso de los niveles de interleucina-6 y factor de necrosis tumoral-α en suero. Esto ha provocado una reducción del tamaño del infarto, una mejora de la función cardiaca izquierda y una reducción de los cambios patológicos en el corazón izquierdo.
Beber agua rica en hidrógeno también impidió el desarrollo de aterosclerosis en un modelo especial de ratón al cabo de 6 meses. La aterosclerosis es el proceso que estrecha los vasos sanguíneos mediante la formación de placas ricas en colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos.
El agua rica en hidrógeno también es eficaz contra la retinopatía diabética al influir en el proceso inflamatorio.
El hidrógeno molecular también es eficaz en la neuroprotección contra la neurodegeneración aguda. Se ha descubierto que aumenta la expresión de genes antiinflamatorios.
La lesión pulmonar inducida por ventilador puede producirse en pacientes que reciben ventilación mecánica debido al estrés oxidativo y a las respuestas inflamatorias. Es una causa importante de mortalidad y morbilidad en pacientes de UCI. En un modelo de ratón, se ha demostrado que la inhalación de hidrógeno mejora el proceso de intercambio gaseoso y reduce la lesión pulmonar inducida por el ventilador.
El hidrógeno también es importante para el bienestar de los huesos. La citocina llamada TNF α desempeña uno de los papeles más importantes en las enfermedades inflamatorias crónicas, como la artritis reumatoide y la osteoporosis posmenopáusica. El tratamiento con gas hidrógeno puede reducir los efectos inflamatorios del TNF α sobre los osteoblastos. Los osteoblastos son las células de los huesos que intervienen en la formación de hueso nuevo. En las enfermedades mencionadas, la función de los osteoblastos está alterada. La hidrogenoterapia puede reducir el estrés oxidativo, que también interviene en la patogénesis de estas enfermedades crónicas.
Existe un pequeño ensayo clínico japonés de 20 pacientes con artritis reumatoide (AR) que demostró que beber 530 ml de agua enriquecida con hidrógeno al día durante un total de 8 semanas producía una reducción de los biomarcadores de daño de la AR (como la proteína C reactiva y otros). 5 de estos 20 pacientes tenían manifestaciones tempranas de AR. 4 de estos 5 pacientes mostraron una remisión completa de la enfermedad, quedando libres de síntomas sin más indicios de aumento de los biomarcadores de la enfermedad.
La hipertensión pulmonar es una presión sanguínea elevada en los pulmones. Es diferente de la hipertensión sistémica. Esta presión daña irreversiblemente los vasos sanguíneos de los pulmones. Como el ventrículo derecho del corazón tiene que bombear contra el aumento de presión, se hipertrofia. Estos cambios suelen considerarse irreversibles y existen pocos medicamentos para el tratamiento sintomático de esta enfermedad. Se ha demostrado que la solución salina oral o inyectada rica en hidrógeno previene el desarrollo de hipertensión e hipertrofia del ventrículo derecho en un modelo de rata. Se cree que esto se debe a las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del hidrógeno.
Aparte de estas aplicaciones, los efectos antiinflamatorios del hidrógeno se han utilizado en afecciones cutáneas como la dermatitis atópica y la psoriasis. Un pequeño ensayo clínico asiático ha demostrado: La administración de solución salina enriquecida con H2 (1 ppm) mediante infusión intravenosa en pacientes con psoriasis, la ingestión de agua enriquecida con H2 (5 ppm) o la inhalación de gas H2 al 3% durante un período de 4 semanas mejoró significativamente todos los síntomas de la psoriasis (índice de gravedad del área de psoriasis) y los biomarcadores DAS28, así como la interleucina-6. Las lesiones psoriásicas casi desaparecieron en todos los pacientes tratados con hidrógeno.
¿Cómo podemos beneficiarnos del hidrógeno?
La inflamación está implicada en muchos procesos de enfermedad y está mediada por sustancias como las citoquinas. El efecto antiinflamatorio del hidrógeno puede reducir la producción de citocinas. Es útil tomar hidrógeno como método terapéutico. También es útil como método preventivo para mantener el bienestar general.
El hidrógeno se administra eficazmente mediante un nebulizador, por ejemplo, ya que entra directamente en los pulmones y puede difundirse después en la circulación. Es aconsejable utilizar tu propio electrolizador para producir hidrógeno en casa en concentraciones seguras siempre que lo necesites.
Beber agua enriquecida con hidrógeno también puede ser un método eficaz. Los científicos siguen investigando formas de introducir el hidrógeno como opción de tratamiento estándar para los pacientes. Los beneficios del hidrógeno se han descubierto recientemente y la investigación sigue en curso.
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