Saltar al contenido principal

¿Qué es la enfermedad de Dercum?

La enfermedad de Dercum también se conoce como adipositas dolorosa y describe una forma crónica muy poco frecuente de obesidad. La enfermedad se diferencia de la obesidad normal por la naturaleza y el carácter doloroso del tejido adiposo. En la enfermedad de Dercum se forman depósitos dolorosos de tejido adiposo, llamados lipomas, en el tejido conjuntivo subcutáneo. Si persisten durante al menos tres meses, suele denominarse enfermedad de Dercum. En esta enfermedad, se ven afectados predominantemente las piernas y los brazos, pero también la zona del tronco, la región pélvica y las nalgas.

Las mujeres de entre 25 y 40 años tienen más probabilidades que la media de desarrollar la enfermedad, y muchos pacientes ya proceden de una familia obesa. El alcoholismo también suele considerarse una causa de la enfermedad de Decrum. Hasta ahora, los conocimientos médicos sobre las causas exactas de la enfermedad y un método de tratamiento adecuado aún no se han aclarado del todo. Por eso, el tratamiento de la enfermedad de Decrum suele consistir en el control del dolor.

¿Cuáles son las causas de la enfermedad de Dercum?

Aún se desconocen las causas de la enfermedad de Dercum. Sin embargo, los médicos suponen que la enfermedad se desarrolla debido a una disposición genética. Además, los procesos inmunológicos, así como una alteración en la síntesis de ácidos grasos C18, los trastornos tiroideos y/o la desregulación del sistema nervioso también pueden desempeñar un papel en la causa de la enfermedad. Hasta ahora, no existen estudios científicos convincentes que demuestren estas teorías, ya que se trata de un cuadro clínico muy poco frecuente.

¿Cuáles son las distintas formas de la enfermedad de Dercum?

La enfermedad de Dercum puede dividirse en los tres tipos siguientes:

  • Tipo I: el llamado tipo yuxtaarticular, que se asocia a almohadillas de grasa dolorosas en las caderas o las rodillas.
  • Tipo II: llamado tipo difuso, generalizado, que se asocia a la formación de tejido adiposo doloroso en distintas partes del cuerpo.
  • Tipo III: denominado tipo nodular, también llamado lipomatosis, que se asocia a la formación de lipomas dolorosos con o sin obesidad (adiposidad) concomitante.

¿Cómo puede prevenirse la enfermedad de Dercum?

No existen medidas preventivas adecuadas para evitar la enfermedad. Sin embargo, debe evitarse el sobrepeso.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Dercum?

Muchos pacientes que padecen la enfermedad de Dercum son obesos. Sin embargo, la enfermedad también puede afectar a personas de peso normal. Los signos típicos de la enfermedad de Dercum son depósitos subcutáneos de tejido adiposo. Éstos se manifiestan predominantemente en las siguientes partes del cuerpo

  • la cara interna de la parte superior del brazo
  • la cara externa e interna del muslo,
  • los codos,
  • las rodillas,
  • el abdomen
  • en las nalgas

 

Los afectados se quejan de dolores punzantes o quemantes que se producen incluso con una ligera presión sobre los depósitos de grasa. Los médicos llaman a esto hiperalgesia. Con el tiempo, este dolor puede aumentar de intensidad y reducir significativamente la calidad de vida del paciente.

¿Cuándo hay que consultar a un médico por estas molestias?

El dolor en el tejido adiposo puede indicar la enfermedad de Dercum y debe ser aclarado rápidamente por un médico. Sin embargo, el consejo médico es necesario a más tardar cuando el crecimiento del tejido adiposo provoca restricciones en el sistema musculoesquelético u otras molestias. A menudo, los pacientes también pueden desarrollar dolencias psicológicas debidas a su enfermedad, que deben ser acompañadas por un terapeuta. Lo ideal es que el terapeuta esté en estrecho contacto con el médico tratante.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Dercum?

La enfermedad de Dercum suele diagnosticarse mediante un examen del tejido adiposo. En algunos casos, también puede realizarse una resonancia magnética (RM), que puede proporcionar información diagnóstica sobre la enfermedad. El diagnóstico lo realiza el médico de cabecera o el especialista.

¿Cómo se trata la enfermedad de Dercum?

El tratamiento de la enfermedad de Dercum sigue siendo muy insatisfactorio y, en su mayor parte, es puramente sintomático, es decir, combate los síntomas. Por ejemplo, se prescribe un analgésico para aliviar el dolor. También es posible una infusión con el anestésico lidocaína. Esto suele hacer que el paciente permanezca sin dolor durante días o semanas, en algunos casos incluso durante meses. Sin embargo, como esta terapia tiene algunos efectos secundarios, no puede utilizarse de forma permanente. Como alternativa, los parches de lidocaína o las cremas debilitadas también pueden reducir el dolor.

En lugar de la medicación, el paciente también puede recurrir a la liposucción o a la extirpación quirúrgica del tejido adiposo (escisión). Sin embargo, ambos procedimientos conllevan un alto riesgo de recidiva (alta tasa de recaídas). La enfermedad de Dercum es tratada por un especialista cuya especialidad son las enfermedades del tejido adiposo. Los síntomas individuales de la enfermedad pueden ser tratados por distintos especialistas, como gastroenterólogos o dermatólogos. Para llevar un estilo de vida más sano y hacer cambios en la dieta para reducir peso, debe consultarse a un nutricionista.

Como la enfermedad de Dercum es una afección crónica, el paciente necesita tratamiento de por vida. En muchos casos, también es necesaria la terapia psicológica, ya que los pacientes no sólo sufren un dolor a veces extremo, sino que también saben que su enfermedad no se puede curar.

¿Cuáles son los riesgos de la enfermedad de Decrum?

Debido a una acumulación extrema de tejido adiposo, la enfermedad de Decrum puede provocar restricciones en la movilidad, pero también problemas articulares. Muchos pacientes sufren también trastornos del sueño, problemas de memoria o concentración, depresión o ansiedad. En raras ocasiones, también puede provocar una aceleración de los latidos del corazón acompañada de dificultad respiratoria, el desarrollo de diabetes y debilidad o dolor muscular.