¿Qué es el eritrasma?
El eritrasma es una infección bacteriana de la capa superior de la piel, que suele ser inofensiva y también se conoce con el sinónimo de enfermedad del salto del oso. El eritrasma aparece principalmente en zonas húmedas de la piel, como la axila y/o la ingle, pero también puede desarrollarse entre los dedos de los pies y/o debajo del pecho. Aproximadamente el 5% de la población de Europa Central padece eritrasma, lo que es relativamente frecuente, aunque esta enfermedad cutánea es más común en las regiones tropicales. Por término medio, hay más hombres que mujeres afectados por la enfermedad, que también puede adoptar rápidamente un curso crónico.
El eritrasma aparece como una decoloración de la piel, que está claramente delimitada y puede aumentar de tamaño a medida que avanza la enfermedad. En la mayoría de los casos, el eritrasma puede tratarse con pomadas o cremas.
¿Cómo se desarrolla el eritrasma?
El eritrasma suele estar causado por la bacteria Corynebacterium minutissimum, que forma parte natural de la flora cutánea humana y, por tanto, no suele causar una enfermedad de la piel. Sin embargo, las personas que padecen inmunodeficiencia (inmunosupresión), diabetes mellitus o sobrepeso (obesidad) y/o que sudan en exceso (hiperhidrosis) tienden a desarrollar eritrasma. El riesgo de desarrollar eritrasma aumenta si el paciente pasa mucho tiempo en un clima cálido y húmedo, ya que la enfermedad cutánea también afecta especialmente a las partes del cuerpo que permanecen ligeramente húmedas debido a la sudoración. Entre ellas están, por ejemplo, las axilas, la región inguinal y la zona genital, así como los espacios entre los dedos de los pies y las zonas de piel bajo el pecho. En pacientes con sobrepeso, también suelen verse afectados los pliegues cutáneos de la pared abdominal.
Cuando se desarrolla el eritrasma, las bacterias atacan el tercio superior de la epidermis (estrato córneo). Las corinebacterias se asientan tanto en el espacio intercelular como en el interior de las células cutáneas.
¿Cuáles son los síntomas del eritrasma?
El eritrasma se manifiesta inicialmente como una decoloración rojiza uniforme de la piel, que se distingue claramente del resto de la piel, pero que por lo demás no causa ningún síntoma. Con el tiempo, las zonas afectadas de la piel cambian de color, se vuelven parduscas y pueden desarrollar finas arrugas llamadas liquenificaciones. Además, la piel puede empezar a descamarse, adquirir un aspecto áspero, mostrar pequeñas grietas y tender a sudar más. Algunos pacientes también se quejan de picores desagradables en las zonas afectadas de la piel.
¿Cómo se diagnostica el eritrasma?
Aunque los cambios cutáneos externos del eritrasma son bastante típicos, suele ser difícil distinguir la enfermedad de otras inflamaciones de la piel, como una infección fúngica o la psoriasis. Por eso, para hacer un diagnóstico fiable, el dermatólogo utilizará una lámpara UV (la llamada lámpara de Wood). La luz de una lámpara UV hace que la zona de piel afectada adquiera una fluorescencia rojo coral. Esto se debe a que la bacteria desencadenante de un eritrasma produce una sustancia fluorescente (la llamada porfirina) por la bacteria cornea. Además del examen con una lámpara UV, las cornybacterias también pueden detectarse de forma demostrable mediante una muestra de escamas de piel.
¿Cómo se trata el eritrasma?
Por regla general, las zonas de piel afectadas se tratan con una pomada durante dos a cuatro semanas. Existen diferentes sustancias activas. Además del antimicótico bifonazol, también puede utilizarse cotrimazol. Pero ciertas pomadas antibacterianas, como la clindamicina, la eritromicina o el ácido fusídico, también pueden proporcionar alivio. Si, por el contrario, el eritrasma es grave, también puede ser necesario un tratamiento antibiótico sistémico, por ejemplo en forma de claritromicina.
Además del tratamiento médico, el paciente debe intentar mantener secas las zonas cutáneas correspondientes. Por ejemplo, puede secarse cuidadosamente la zona de la piel con palmaditas después de ducharse o bañarse. Las personas que tienden a sudar en exceso también deben secarse la zona de la piel una y otra vez a lo largo del día. Además, todos los afectados deben utilizar jabones con un valor de pH más bien bajo, ya que pueden eliminar las bacterias desde el principio. También deben evitarse las pomadas grasas.
¿Qué posibilidades hay de curar el eritrasma?
Si el eritrasma se deja sin tratar, es probable que la infección cutánea aumente de tamaño, pero no suele dar lugar a más complicaciones, aparte de posibles infecciones adicionales. A pesar del éxito del tratamiento, la decoloración de la piel puede persistir durante algún tiempo. Tampoco puede descartarse que el eritrasma reaparezca. Por tanto, es importante prevenir profilácticamente el eritrasma manteniendo secas las zonas de piel afectadas como medida de precaución. Los pacientes también deben llevar ropa transpirable, sobre todo en situaciones en las que suden mucho. Si uno sospecha que padece una producción patológica de sudor, debe buscar tratamiento médico para iniciar las opciones terapéuticas adecuadas en una fase temprana.