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El hidrógeno tiene numerosos beneficios para nuestra salud. Estos beneficios se deben principalmente a la propiedad antioxidante del hidrógeno.

Un antioxidante es una sustancia que inhibe la oxidación de otras moléculas. El metabolismo del oxígeno puede formar radicales libres de oxígeno. Éstos son capaces de robar electrones a otras moléculas y, por tanto, dañarlas. Los radicales libres de oxígeno o especies reactivas del oxígeno se consideran perjudiciales porque pueden destruir componentes importantes de nuestro organismo, como el ADN, los lípidos y las proteínas. En particular, pueden dañar las mitocondrias e interrumpir su función de suministro de energía al organismo.

Normalmente, las especies de oxígeno producidas por el metabolismo fisiológico del oxígeno son eliminadas por el propio sistema redox del organismo. Si el número de radicales libres es elevado, predispone a muchas enfermedades, como las metabólicas, las cardiovasculares, el cáncer, las neurodegenerativas y las degenerativas en general. Por eso, los antioxidantes capaces de neutralizar estos radicales libres se utilizan cada vez más para prevenir enfermedades, mantener la salud y también en cosmética para conservar un aspecto joven. Aquí es donde entra en juego el hidrógeno.

Hay varios antioxidantes que se encuentran en nuestros alimentos y en los suplementos dietéticos. Sin embargo, pueden contener sustancias que pueden resultar perjudiciales al metabolizarse. En estudios clínicos, los investigadores han descubierto que la ingesta de vitaminas puede aumentar la mortalidad. La ingesta de vitaminas como la E y la A en dosis especiales no sólo reduce las especies oxidativas reactivas, sino que también afecta a importantes moléculas utilizadas en la señalización celular.

¿Cómo actúa el hidrógeno como antioxidante?

El hidrógeno es una molécula diatómica que se presenta naturalmente como gas, y es el elemento más abundante en nuestro organismo. Durante mucho tiempo, los científicos consideraron que el hidrógeno gaseoso era fisiológicamente inerte, pero desde entonces ha llamado la atención como antioxidante. Se han realizado muchos estudios científicos para comprobar su capacidad, eficacia y seguridad. Te presentamos algunos de estos estudios.

en 2007, Oshawa et al, de Japón, demostraron que el hidrógeno reduce el estrés oxidativo al eliminar selectivamente la mayoría de los radicales libres tóxicos, como el grupo hidroxilo (OḢ) y el peroxinitrito (ONOO-). Neutraliza selectivamente estas sustancias y garantiza que no se interrumpa la señalización celular normal ni otros procesos metabólicos importantes.

Investigaciones recientes han demostrado que el hidrógeno es capaz de alterar la expresión génica. Como parte de este efecto, puede aumentar los niveles de antioxidantes, como el glutatión, y de enzimas antioxidantes dentro de las células. El glutatión es probablemente uno de los antioxidantes directos más potentes dentro de las células. Por tanto, se cree que el efecto antioxidante es un efecto indirecto del hidrógeno. Puede modular la transcripción a través de mediadores importantes como el Nrf2. El Nrf2 o factor nuclear (eritroide derivado 2) es importante para poner en marcha procesos moleculares que combatan las especies reactivas del oxígeno.

En términos sencillos, esto significa que si tomas antioxidantes del exterior en determinadas cantidades, sólo actúa directamente y destruye los radicales libres. No activa los mecanismos naturales de lucha del organismo como hace el hidrógeno, pero puede inhibir las vías naturales de destrucción de los radicales libres.

El hidrógeno también tiene una buena biodisponibilidad.

Cuando se toman sustancias útiles, por cualquier medio, deben llegar al lugar donde se forman los radicales libres de oxígeno. Normalmente, estos radicales libres de oxígeno se forman dentro de la célula, en un orgánulo llamado mitocondria. La mayoría de los antioxidantes suministrados externamente tienen dificultades para llegar hasta allí, e incluso si lo hacen, sólo llegará una pequeña cantidad del antioxidante.

Esto es especialmente cierto si se tiene en cuenta lo que el cuerpo deja pasar a través de la barrera hematoencefálica. El hidrógeno, sin embargo, es capaz de atravesar esta barrera. Puede difundirse fácilmente y llegar con buena penetración a orgánulos celulares como la mitocondria, lo que le confiere una gran eficacia. Esto se debe a que el hidrógeno es el antioxidante más pequeño y ligero que existe.

La vitamina C pesa unas 88 veces más que lo que pesa el hidrógeno. Las moléculas no polares y neutras tienden a penetrar más fácilmente en las células y, por tanto, tienen una buena biodisponibilidad. El hidrógeno puede penetrar fácilmente en las membranas celulares porque es apolar. El hidrógeno tiene la mayor velocidad de difusión entre los gases, lo que lo convierte en uno de los antioxidantes más eficaces de todos.

¿Cómo se administra el hidrógeno?

El hidrógeno puede administrarse por inhalación a través de un nebulizador. Es un gas muy seguro, sin efectos nocivos conocidos, y cuando se inhala en concentraciones inferiores al 4% del aire, no es inflamable. Se sabe que la inhalación de gas hidrógeno durante un periodo de tiempo produce beneficios para la salud a largo plazo, aunque el hidrógeno se elimina del organismo a los 30 minutos de cesar la inhalación. Esto se debe a los efectos secundarios del hidrógeno al activar vías de señalización beneficiosas que aún se están investigando.

El hidrógeno para respirar se obtiene más fácilmente por electrólisis del agua. El hidrógeno también se disuelve en agua y puedes beberlo en 4 horas. Aunque sólo una pequeña cantidad de hidrógeno se disuelve en el agua, es un agua saludable para beber.

¿Es seguro el hidrógeno como antioxidante?

Cuando el hidrógeno se utiliza en las dosis recomendadas, no se conocen efectos adversos en los estudios clínicos que se han realizado. No interfiere en los procesos metabólicos normales del organismo.

El futuro del hidrógeno como antioxidante

Si buscas en la literatura científica, encontrarás numerosos estudios realizados sobre el efecto del hidrógeno como antioxidante. Ha demostrado ser muy prometedor para ser utilizado como tratamiento médico en el futuro. De hecho, la mayoría de los estudios han sugerido utilizarlo para muchas enfermedades.

Los japoneses, en particular, han utilizado durante mucho tiempo el agua reducida electrolizada, que contiene hidrógeno y también se conoce como agua alcalina ionizada.

Sin embargo, el agua reducida electrolizada lleva mucho tiempo en el mercado, lo que significa que el efecto terapéutico del hidrógeno se probó mucho antes de que se investigara realmente. Por tanto, puede decirse que el hidrógeno es uno de los antioxidantes más seguros encontrados hasta la fecha.

Referencias
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