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La asombrosa historia de la sanación bioelectromagnética


La curación bioelectromagnética (BEM) está experimentando un renacimiento en el siglo XXI. Los dispositivos terapéuticos basados en bobinas Tesla de alto voltaje, que se creían olvidados, prometen notables mejoras para la salud. Sin embargo, su historia se caracteriza por la resistencia y la supresión por parte de las instituciones médicas establecidas. Esta entrada del blog arroja luz sobre la fascinante historia de la curación BEM y presenta a algunos de sus pioneros.

los primeros años:

Tesla, Gurwitsch y Lakhovsky Ya en 1898, Nikola Tesla presentó las corrientes de alta frecuencia con fines electroterapéuticos. Reconoció su "aparente inocuidad" y la posibilidad de conducir grandes cantidades de energía eléctrica a través del cuerpo sin causar dolor. Sus bobinas, de hasta un metro de diámetro, trataban el cuerpo magnéticamente, sin contacto.

En 1922, el histólogo ruso Alexander Gurwitsch descubrió la comunicación entre células vivas mediante "ondas mitógenas" en el espectro ultravioleta: la primera prueba de la existencia de biofotones. Este descubrimiento sentó las bases de los posteriores dispositivos de terapia BEM.

Georges Lakhovsky desarrolló el oscilador multionda (OOM) en la década de 1920. Su teoría era que cada célula oscila como un pequeño receptor a una frecuencia determinada. El OOM, un dispositivo basado en Tesla con anillos concéntricos, genera un amplio espectro de frecuencias entre las que cada célula puede seleccionar su "frecuencia curativa". Lakhovsky obtuvo un éxito notable en el tratamiento del cáncer, inicialmente en plantas y más tarde en animales y seres humanos.

Supresión y resistencia: Rife y Priore Royal

En los años 30, Raymond Rife desarrolló un aparato de alta frecuencia que destruía los microbios por resonancia. Un estudio sobre 16 enfermos de cáncer terminal mostró resultados asombrosos: todos los pacientes parecían curados. Pero el éxito de Rife despertó las sospechas de la AMA (Asociación Médica Americana), que le llevó a los tribunales por "métodos curativos fraudulentos". Aunque se comprobó que su tecnología era segura, fue prohibida y Rife murió amargado.


Algo parecido le ocurrió a Antoine Priore en la década de 1960. Su compleja máquina de terapia electromagnética curaba tumores y enfermedades infecciosas en animales de laboratorio. El gobierno francés financió su investigación, pero la oposición de los oncólogos y un cambio de gobierno provocaron la pérdida de la financiación y la supresión de su trabajo.

La búsqueda del reconocimiento Becker y Liboff:

Becker y Liboff Robert Becker, pionero de la investigación BEM en la década de 1960, demostró la existencia de meridianos chinos como vías de menor resistencia eléctrica en la piel. Investigó los efectos bioeléctricos en el cuerpo, como la electroestimulación de la regeneración de las extremidades.

Abraham Liboff descubrió la resonancia de los campos magnéticos estáticos con los campos eléctricos alternos endógenos en los sistemas biológicos. Su dispositivo para el tratamiento del cáncer utiliza la resonancia de los campos magnéticos para inhibir el crecimiento de las células cancerosas.

Biofotones y efectos de alta tensión

La investigación sobre los biofotones, luz coherente emitida por las células, confirma la importancia de los procesos electromagnéticos en los organismos vivos. Los estudios demuestran que las células sanas almacenan energía luminosa, mientras que las células cancerosas la liberan exponencialmente. Es posible que los dispositivos Tesla estimulen la producción de biofotones sanos.

Los campos electrostáticos de alto voltaje tienen efectos positivos en el organismo, como aumentar la respiración hepática y la producción de anticuerpos. Los campos electromagnéticos pulsados pueden aumentar la permeabilidad de la membrana celular y estimular la síntesis de ADN.

El futuro de la curación BEM

La historia de la curación BEM es una historia de innovación, resistencia y redescubrimiento. A pesar de su supresión en el pasado, la terapia BEM está experimentando un renovado interés en la actualidad. La investigación sobre los biofotones, los efectos de alto voltaje y los procesos de la membrana celular está proporcionando nuevos conocimientos sobre los mecanismos de acción de esta prometedora forma de terapia. Es de esperar que la curación por BEM ocupe en el futuro el lugar que le corresponde en la medicina.