¿Qué es un leiomioma?
Los leiomiomas son unos de los tumores benignos más frecuentes del útero y surgen de las células musculares del miometrio. Un leiomioma puede aparecer esporádicamente como un llamado mioma uterino o de forma multisistémica como útero miomatoso. Los leiomiomas especialmente pequeños se denominan miomas germinales. En el 40-50% de los casos, los leiomiomas aparecen en mujeres mayores de 30 años. La mayoría de las veces se encuentran en el cuerpo uterino (cuerpo del útero) y con menos frecuencia en el cuello uterino (punto más bajo del útero). En unos pocos casos, los leiomiomas también se forman en el ligamento uterino ancho (ligamentum latum) o en las trompas de Falopio. Como los leiomiomas pueden crecer hasta alcanzar un tamaño considerable, de hasta 10 cm de diámetro o más, pueden contribuir a la deformación y agrandamiento del útero.
¿Cuáles son los distintos tipos de leiomiomas?
Los leiomiomas se clasifican según su localización en
- mioma subseroso: situado debajo de la serosa, puede producir miomas pedunculados que pueden provocar un infarto hemorrágico.
- mioma intramural: situado en la pared uterina,
- mioma submucoso: crece por debajo del revestimiento del útero, a menudo penetra en la cavidad uterina y puede provocar hemorragias. En algunos casos, las infecciones ascendentes también pueden verse favorecidas por un leiomioma submucoso.
Los miomas subserosos e intramurales suelen extirparse mediante una incisión abdominal o una laparoscopia. En cambio, un mioma submucoso se extirpa a través de la vagina por histeroscopia.
¿Qué causa los leiomiomas?
Los leiomiomas son tumores hormonodependientes y suelen crecer lentamente. Se desarrollan a partir de células musculares lisas que se encuentran en los órganos internos, por ejemplo en el útero, los riñones o el tubo digestivo.
¿Son peligrosos los leiomiomas durante el embarazo?
Debido a los cambios hormonales, los leiomiomas pueden aumentar de tamaño durante el embarazo, lo que puede provocar diversas complicaciones. Por ejemplo, tener un leiomioma durante el embarazo puede aumentar el riesgo de parto prematuro. Esto se debe a que los leiomiomas pueden hacer que la placenta se adhiera de forma incorrecta, provocando un aborto espontáneo. Pero también aumenta el riesgo de parto prematuro o de anomalías posicionales del bebé. Los estudios demuestran que el uso prolongado de inhibidores de la ovulación puede reducir la probabilidad de desarrollar un leiomioma.
¿Qué síntomas provoca un leiomioma?
En muchos casos, un leiomioma no causa ningún síntoma. Los síntomas más frecuentes, si se producen, son trastornos hemorrágicos en forma de menstruaciones demasiado abundantes y duraderas (menorragia), hemorragias fuera de la regla (metrorragia) o aumento de las hemorragias menstruales con pérdidas de sangre muy abundantes (hipermenorrea). Los siguientes síntomas suelen aparecer con menos frecuencia
- fuertes ganas de orinar
- Dolor durante las relaciones sexuales
- Dolor abdominal bajo,
- abdomen hinchado, sobre todo con leioimomas grandes,
- Estreñimiento,
- Dolor de espalda y/o de piernas,
- Dolor de riñón o de costado
¿Cómo se diagnostica un leiomioma?
Tras realizar la historia clínica , el ginecólogo realizará una exploración por palpación. Suele hacerse a través de la vagina, pero también a través de la pared abdominal y el recto. Si hay un leiomioma más grande o varios leiomiomas, suelen poder palparse. Además de esta palpación, se realiza una ecografía vaginal (examen ecográfico). Un mioma se distingue en la imagen ecográfica por sus brazos de eco, su aspecto redondeado y sus bordes lisos. La ecografía puede utilizarse para determinar la localización y el tamaño exactos del leiomioma.
Si el leiomioma presiona el uréter, suelen examinarse también los riñones y las vías urinarias mediante ecografía o radiografía con medio de contraste (pielografía). Si los resultados del examen no están claros, el ginecólogo puede solicitar una resonancia magnética (MRT) y, si es necesario, también un análisis de sangre y una medición del nivel hormonal. Este último examen se hace sobre todo si hay sospecha de anemia.
¿Cómo se trata un leiomioma?
Un leiomioma puede extirparse quirúrgicamente. Existen los siguientes procedimientos terapéuticos, que se diferencian entre sí como sigue:
- Enucleación de miomas: Los miomas se extirpan del útero sin afectarlo. El procedimiento de enucleación de miomas se utiliza sobre todo en los casos en que existe el deseo de tener hijos. La intervención quirúrgica se realiza mediante incisión abdominal, laparoscopia o histeroscopia. El procedimiento utilizado depende de la localización exacta y el tamaño del leiomioma. En algunos casos, el leiomioma puede volver a formarse tras la enucleación del mioma.
- Embolización del mioma: corta el riego sanguíneo del leiomioma para reducir su tamaño de este modo. La miomembolización puede realizarse como alternativa a la intervención quirúrgica para extirpar el leiomioma (miomectomía) o el útero (histerectomía).
- Histerectomía: describe la extirpación total o parcial del útero.
Además, también pueden utilizarse tratamientos farmacológicos para un leiomioma. Por ejemplo, pueden administrarse análogos de la GnRH con este fin. Son fármacos que reducen artificialmente el nivel de estrógenos para inhibir el crecimiento de un leiomioma. La inserción de un DIU hormonal también tiene la misma finalidad.
¿Cuál es la evolución de la enfermedad y el pronóstico de un leiomioma?
Sólo los leiomiomas que provocan síntomas necesitan tratamiento. Si no se tratan, pueden causar dolor abdominal bajo crónico. Si la paciente aún no ha terminado de planificar un hijo, las formas conservadoras de terapia deben tener prioridad sobre la extirpación del útero (histerectomía). Las pacientes sin síntomas deben acudir a revisiones periódicas. Incluso los leiomiomas benignos pueden causar complicaciones, como infecciones urinarias o trastornos funcionales de la vejiga, los intestinos o los riñones. Incluso después de un tratamiento satisfactorio, pueden volver a formarse leiomiomas.
¿Puede un leiomioma volverse maligno?
Es bastante raro que los miomas benignos degeneren. Sólo ocurre en menos del 1% de los casos y se observa casi exclusivamente en mujeres en la menopausia o después de ella.