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¿Qué es el linfoma?

El término linfoma resume varios cánceres del sistema linfático y también se denomina coloquialmente cáncer de los ganglios linfáticos. El sistema linfático no se limita en absoluto a un solo órgano. Más bien, el sistema linfático incluye los ganglios linfáticos, el bazo y las amígdalas, pero también el tejido linfático, que se encuentra, por ejemplo, en el estómago, en el intestino o bajo la piel. El linfoma maligno, es decir, el cáncer maligno de los ganglios linfáticos, provoca el crecimiento incontrolado de glóbulos blancos (linfocitos), mientras que el cáncer benigno de los ganglios linfáticos suele pasar desapercibido y manifestarse inicialmente sólo como ganglios linfáticos inflamados.

¿Cómo se desarrolla el linfoma?

Hasta hoy, los médicos no han podido determinar ningún factor de riesgo de validez general que conduzca a la formación de un linfoma. Según los conocimientos actuales, varios factores deben interactuar para favorecer la probabilidad de desarrollar un linfoma. Entre ellos se incluye, por ejemplo, la predisposición genética. Si un miembro de la familia ya padece una enfermedad hematológica maligna, aumenta la probabilidad de desarrollar un linfoma. Pero la quimioterapia o la radioterapia, las enfermedades autoinmunes y los fármacos inmunosupresores, como los que se administran tras un trasplante de órganos, también pueden contribuir al desarrollo del linfoma.

¿Cuáles son los síntomas del linfoma?

La inflamación de los ganglios linfáticos puede indicar un linfoma, pero síntomas inespecíficos como fiebre, sudoración excesiva, dolor en los órganos afectados o pérdida de peso también pueden ser los primeros signos de la enfermedad. Hasta ahora, el linfoma no puede diagnosticarse en una fase temprana, porque suele ser una enfermedad diferente, pero también rara.

¿Cómo se diagnostica el linfoma?

Si se sospecha un linfoma a causa de un síntoma, el médico palpará primero los ganglios linfáticos y el abdomen, pero también examinará minuciosamente las amígdalas. Si se localiza el ganglio linfático sospechoso, en un paso posterior se toma una muestra de tejido en una operación ambulatoria. A continuación, los médicos de laboratorio la examinan al microscopio. Sin embargo, para asegurarnos también de hasta dónde se ha extendido ya el linfoma, se utilizan otras pruebas de imagen, como una radiografía o una ecografía.

¿Cómo se trata el linfoma?

Los linfomas agresivos (muy malignos) deben tratarse inmediatamente. Según el estadio del cáncer, puede utilizarse quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia. En algunos casos, sin embargo, basta con controlar el linfoma mediante revisiones periódicas. Éste es el caso, por ejemplo, de los linfomas de progresión lenta (poco malignos). Decisivo para determinar el tratamiento adecuado es también la extensión del linfoma en el cuerpo, pero también la edad y la salud general del paciente.