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¿Qué es un lipoma?

Un lipoma es un tumor benigno del tejido adiposo que aparece como un bulto bajo la piel. En la mayoría de los casos, los lipomas aparecen bajo la piel (subcutáneos), en los tejidos blandos, y afectan con especial frecuencia a la zona del cuello y la cabeza. Además de los lipomas subcutáneos, también hay lipomas profundos o infiltrantes, que se producen más raramente y tienen poca relevancia clínica. Los lipomas suelen diagnosticarse como hallazgo incidental mediante un procedimiento de diagnóstico por imagen y a menudo no requieren tratamiento, pero pueden alterar la sensación estética. Los lipomas se desarrollan con más frecuencia que la media después de los 40 años y rara vez afectan a los niños. Los hombres padecen la enfermedad con más frecuencia que las mujeres.

¿Cuáles son los distintos tipos de lipomas?

Los médicos distinguen entre los siguientes tipos de lipomas:

  • lipoma subcutáneo: es la forma más frecuente de lipoma y se localiza justo debajo de la piel. Un lipoma subcutáneo es palpable externamente como un bulto redondo u ovalado. En casos raros, los lipomas subcutáneos también pueden crecer en los músculos o afectar a la zona de la columna lumbar y/o el sacro.
  • lipoma subfascial: se encuentra bajo una capa de tejido conjuntivo (fascia) que está envuelta por músculo. Un lipoma subfascial suele aparecer en la cabeza y crece en la transición de la frente al pelo. Un lipoma subfascial también puede desarrollarse en la zona del cuello o el omóplato.
  • Angiolipoma: es un tipo especial de lipoma y está formado por vasos sanguíneos que a menudo están obstruidos (trombosados). Un angiolipoma, que causa dolor, afecta a los hombres con más frecuencia que a la media. Si un angiolipoma se desarrolla en mujeres, suelen aparecer varios angiolipomas al mismo tiempo.
  • Lipoma fusocelular: es otro tipo especial de lipoma y afecta sobre todo a hombres de entre 45 y 60 años. Un lipoma fusocelular suele desarrollarse en la espalda, el cuello o el hombro, y no suele causar ningún síntoma.

 

El crecimiento de un lipoma es bastante lento y a menudo sólo alcanza un tamaño de unos pocos centímetros. En casos excepcionales, sin embargo, un lipoma puede crecer hasta alcanzar un diámetro de más de diez centímetros. Esto se denomina lipoma gigante.

¿Cómo se desarrollan los lipomas?

Aún no se conocen las causas exactas de los lipomas. Sin embargo, los médicos suponen que los lipomas pueden formarse debido a un desarrollo inusual de células mesenquimales pluripotentes. También es concebible que los lipomas se desarrollen como consecuencia de un aumento de células (hiperplasia), es decir, un agrandamiento del tejido. También es posible que los lipomas aparezcan como neoplasia, es decir, como una nueva formación de tejido.

¿Es peligroso un lipoma?

Un lipoma sólo conlleva un pequeño riesgo de convertirse en un tumor maligno. Aunque el lipoma no desaparece por sí solo, no requiere tratamiento a menos que moleste estéticamente. Pero incluso después de la extirpación quirúrgica, puede volver a formarse un lipoma.

¿Qué síntomas provoca un lipoma?

En la mayoría de los casos, un lipoma no causa ningún síntoma. El lipoma sólo se nota como un bulto bajo la piel que parece abultado y gomoso. Un lipoma es fácil de mover y sólo causa dolor cuando se aplica presión sobre él. Dependiendo de la localización del lipoma, también puede ocurrir con los movimientos regulares. Si se trata de un angiolipoma bastante raro, también puede doler sin influencias externas.

¿Cómo se diagnostica un lipoma?

Siempre es aconsejable que un médico examine un bulto que se palpe bajo la piel. Es la única forma de descartar un tumor maligno. Durante el examen, el médico palpará primero el bulto y comprobará si se puede mover con facilidad y si sobresale del tejido adyacente. Tras esta exploración, el bulto se examina más de cerca mediante técnicas de imagen. Para ello puede utilizarse una ecografía o una radiografía. Estos métodos de diagnóstico por imagen no sólo permiten al médico determinar el tamaño del lipoma. En algunos casos, también es posible distinguir el lipoma de un quiste u otra neoplasia cutánea, como un fibroma. Si sigue habiendo dudas sobre el tipo de bulto, se puede tomar una muestra de tejido y hacer una biopsia para determinar qué enfermedad está presente.

¿Cómo se tratan los lipomas?

No siempre es necesario tratar los lipomas. Un lipoma sólo debe extirparse quirúrgicamente si causa molestias físicas debido a su tamaño. Sin embargo, la extirpación de un lipoma suele ser deseada por la persona afectada por motivos estéticos. Siempre que no sea demasiado grande ni esté en un lugar incómodo, la operación puede hacerse con anestesia local.

¿Qué complicaciones puede tener la extirpación de un lipoma?

En general, la extirpación quirúrgica de un lipoma conlleva pocos riesgos. Sin embargo, pueden producirse asimetrías, endurecimiento del tejido o abolladuras, por lo que la operación puede no responder a las expectativas del paciente. Es posible que se produzcan hematomas, hemorragias secundarias o hinchazón tras la intervención quirúrgica. En algunos casos, incluso puede acumularse líquido en la superficie de la herida, puede aparecer una sensación de entumecimiento o puede haber sensibilidad al tacto. Estos síntomas suelen ser temporales.

¿Puede prevenirse un lipoma?

Las causas exactas de los lipomas siguen siendo en gran medida desconocidas. Por lo tanto, todavía no existen medidas especiales para prevenir el desarrollo de un lipoma. En cualquier caso, es aconsejable llevar un estilo de vida equilibrado, evitar la nicotina, beber suficientes líquidos cada día y hacer mucho ejercicio.