¿Qué es un liposarcoma?
Un liposarcoma o tumor lipomatoso es un cáncer maligno del tejido adiposo (neoplasia), que se da con más frecuencia en hombres mayores de 50 años. Los liposarcomas representan entre el 15 y el 20 por ciento de todos los tumores malignos de los tejidos blandos, es decir, de todas las estructuras no óseas del cuerpo humano, y se forman sobre todo en los muslos, en la espalda y detrás del peritoneo (retroperitoneo). El liposarcoma no suele causar dolor. Entre el 82 y el 86% de los caucásicos desarrollan un liposarcoma.
¿Cómo se desarrolla un liposarcoma y cuáles son sus características?
Los médicos siguen sin ponerse de acuerdo sobre las causas que contribuyen al desarrollo de un liposarcoma. Sin embargo, suponen que un liposarcoma puede remontarse a la alteración de algunos genes presentes en las células grasas. Sin embargo, la radiación previa para tratar un cáncer anterior, factores genéticos como la neurofibromatosis y/o el síndrome de Li-Fraumeni, además de la exposición a determinadas sustancias químicas, también pueden contribuir al desarrollo de un liposarcoma. Suele aparecer entonces en la capa de grasa situada justo debajo de la piel o se forma en los tejidos blandos, como la grasa, los músculos, los tendones y/o los nervios.
Un liposarcoma se caracteriza por su color amarillento, estructura gelatinosa y tamaño superior a la media, y suele presentar calcificaciones, células muertas individuales (necrosis) y/o hemorragias (hemorragias) en el tejido tumoral.
¿Cómo se puede prevenir el liposarcoma?
En particular, se aconseja a las personas cuyos familiares ya han desarrollado sarcomas de tejidos blandos u otros tipos de cáncer que se sometan a un examen genético. De este modo, el médico puede detectar cualquier gen mutado e iniciar otros pasos diagnósticos si se sospecha la existencia de la enfermedad.
La nutrición también desempeña un papel importante en la reducción del riesgo de desarrollar un liposarcoma. Los siguientes alimentos, en particular, desempeñan un papel en este sentido:
- Verduras crucíferas que contienen sulforafano, como el brécol, la col flor, rosa o verde, el rábano picante, la rúcula o los rábanos,
- Productos integrales con fibra,
- Comino negro y azafrán,
- Multiaminoácidos, que se encuentran en la soja,
- Suplementos de glutamina,
¿Cuáles son los distintos tipos de liposarcoma?
Los liposarcomas se dividen en altamente diferenciados, de células redondas, mixoides y pleomórficos, en función de su similitud con el tejido adiposo normal. Determinar el tipo exacto de liposarcoma es importante para el tratamiento.
- liposarcomas altamente diferenciados: suelen formarse en personas mayores y pueden confundirse fácilmente con tejido adiposo normal o lipomas (bultos bajo la piel). Un liposarcoma altamente diferenciado tiene tendencia a reaparecer tras un tratamiento exitoso (recidiva local), pero no a metastatizar.
- liposarcomamixoide: es el más frecuente y presenta vacuolas de grasa o preadipocitos. Los liposarcomas mixoides son malignos de bajo grado (malignos) y tienen una alta sensibilidad a la radiación. Suele crecer lentamente, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo. La tasa de supervivencia a 5 años es de aproximadamente el 70%. El liposarcoma de células redondas es una forma agresiva de liposarcoma mixoide.
- liposarcomas de células redondas: tienen masas de células redondas. Los liposarcomas de células redondas son muy malignos (malignos) y propensos a la metástasis....
- liposarcomapleomórfico: se da muy raramente, pero es altamente maligno (maligno) y tiene células tumorales de forma muy variable. El liposarcoma pleomórfico suele diseminarse muy rápidamente y es más frecuente en adultos mayores. La tasa de supervivencia a 5 años es bastante pobre, del 20%.
¿Cuáles son los síntomas del liposarcoma?
Un liposarcoma puede manifestarse a través de los siguientes síntomas, bastante inespecíficos, y pueden diferir según la parte del cuerpo donde se haya formado el liposarcoma:
- un bulto de tejido bajo la piel que puede estar creciendo de forma constante,
- Debilidad, dolor y/o hinchazón en las extremidades afectadas
- dolor abdominal intenso que no quiere desaparecer, posiblemente con náuseas,
- hinchazón abdominal,
- heces alquitranadas o sangre en las heces,
- Estreñimiento.
¿Cómo se diagnostica el liposarcoma?
Al igual que otros cánceres, el liposarcoma suele diagnosticarse mediante pruebas de imagen. Puede incluir una tomografía computarizada (TC), una resonancia magnética (RM) y una angiografía o gammagrafía.
Estos procedimientos de diagnóstico por imagen ayudan inicialmente al médico tratante a evaluar hasta qué punto ha progresado el tumor. Sin embargo, para confirmar la sospecha de un liposarcoma, se toma una biopsia.
¿Cómo se trata un liposarcoma?
El liposarcoma puede tratarse generalmente con cirugía, radioterapia o quimioterapia. Según el tipo de liposarcoma, la terapia puede variar. Pero, por regla general, primero se extirpa quirúrgicamente el tumor con el borde celular sano. La radioterapia posterior tiene por objeto destruir las células cancerosas restantes. Sin embargo, si el liposarcoma está localizado en la zona de la cabeza o el cuello o en el abdomen, no suele ser posible extirpar quirúrgicamente todo el tumor. Por eso, antes de la operación se administra radioterapia y, si es necesario, quimioterapia, para reducir el tamaño del tumor.
¿Cuáles son los cuidados posteriores a un liposarcoma?
Los pacientes suelen sufrir por su aspecto externo tras el tratamiento. Por ello, en el postratamiento debe enseñarse a los pacientes a afrontar su enfermedad con confianza en sí mismos, también con la participación de un psicólogo. De este modo, se evitará que el paciente desarrolle depresión u otras enfermedades mentales, por ejemplo.
Además, el intercambio de experiencias con otras personas afectadas también puede ser útil. Por tanto, la asistencia posterior tiene como objetivo reducir la carga mental de la enfermedad.
¿Cuál es el pronóstico del liposarcoma?
El pronóstico de un liposarcoma depende siempre del grado de diseminación del tumor. También es importante determinar si el liposarcoma ya ha hecho metástasis. En general, la tasa de supervivencia a 5 años es superior al 80% en todos los casos de la enfermedad. Sin embargo, el pronóstico del liposarcoma pleomórfico es el peor. Sólo uno de cada cinco pacientes sobrevive al quinto año tras el diagnóstico y tratamiento del tumor.