¿Qué es un quiste neurentérico?
Un quiste neurentérico, o quiste enterogénico, es una malformación del canal nervioso, la columna vertebral y la médula espinal que no está asociada a una pérdida de inteligencia (no sindrómica). El quiste neurentérico es congénito y suele localizarse ventralmente a la médula espinal, y a veces puede encontrarse en el mediastino posterior. Un quiste neurentérico es el resultado de un trastorno de separación (trastorno de separación) de la notocorda (la espina dorsal primal) con el tracto gastrointestinal superior. Un quiste neurentérico es extremadamente raro. En todo el mundo, sólo se han publicado unos 35 casos de quiste neurentérico, de los cuales, sin embargo, un número superior a la media de varones están afectados por esta enfermedad.
¿Qué síntomas provoca un quiste neurentérico?
Un quiste neurentérico no siempre causa síntomas. Sin embargo, dependiendo del tamaño del quiste, puede causar compresión de la médula espinal y de las respectivas raíces nerviosas, lo que puede dar lugar a una sensación focal de debilidad, alteraciones de la marcha o sensoriales (parestesia) o dolor, que se origina en la raíz nerviosa de la médula espinal. En algunos casos, también pueden encontrarse anomalías congénitas en la estructura vertebral, como la formación de las llamadas hemivértebras o vértebras mariposa. Sobre todo en los primeros meses de vida, los síntomas pueden aumentar en los casos de quistes neurentéricos especialmente grandes.
¿Cómo se diagnostica un quiste neurentérico?
Un quiste neurentérico puede diagnosticarse mediante las técnicas de imagen habituales. Si el quiste es relativamente pequeño y no causa síntomas, suele ser un hallazgo incidental. Los quistes neurentéricos más grandes, en cambio, pueden advertirse, por ejemplo, en el curso de una resonancia magnética y, además de la representación gráfica del quiste neurentérico, también muestran su localización y extensión exacta de tamaño en la resonancia magnética.
¿Cómo se trata un quiste neurentérico?
Si el quiste neurentérico ha alcanzado cierto tamaño y el paciente se queja de molestias neurológicas, el médico tratante suele intentar extirparlo quirúrgicamente. En este caso, el quiste se abre, por ejemplo, en el curso de una marsupialización. En una marsupialización, la pared abierta del quiste se fija al tejido circundante tras la apertura, para conseguir así el drenaje del quiste. Si el quiste neurentérico puede extirparse por completo, es bastante improbable que reaparezca.
Si, por el contrario, se trata de un quiste neurentérico que se descubrió durante una exploración rutinaria y no causa molestias, el médico optará más bien por una terapia de tratamiento conservador y vigilará el desarrollo del quiste mediante revisiones periódicas. Si el tamaño en desarrollo lo hace necesario, con el tiempo puede plantearse la extirpación quirúrgica.
Frecuencias del quiste neurentérico
Patógeno |
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Quiste neurentérico |
EDTFL |
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