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¿Qué es un tumor cerebral benigno?

Un tumor cerebral benigno es una enfermedad del sistema nervioso central. Las causas de esta enfermedad aún no están claras, pero es bastante rara en comparación con otros cánceres, excepto en los niños, en los que un tumor cerebral es el segundo tipo de tumor más frecuente. Un tumor cerebral benigno puede afectar a personas de todas las edades, aunque pueden darse casos graves sobre todo en la infancia o en personas mayores. Además de la cirugía, los tumores cerebrales benignos también pueden tratarse con radioterapia o quimioterapia.

¿A qué forma pertenece un tumor cerebral benigno?

Un tumor cerebral benigno pertenece a los llamados tumores cerebrales primarios, que se desarrollan directamente a partir de las meninges o las células de la sustancia cerebral. Los médicos también llaman a esta forma de tumor cerebral el tumor del propio cerebro. Respecto a un tumor cerebral primario, también se distingue si el tumor se origina en el sistema nervioso central, es decir, el cerebro y la médula espinal, o en el sistema nervioso periférico. Este último es el caso, por ejemplo, de un tumor que se origina en un nervio craneal.

La OMS ha subdividido los tumores individuales de un tumor cerebral en los respectivos tipos de tejido:

  • Ependimoma: se forma a partir de las células que recubren las cavidades internas del cerebro.
  • Glioma: se deriva de las células de sostén del sistema nervioso central, por ejemplo un astrocitoma, un oligodendroglioma o un glioblastoma.
  • Meningioma: se desarrolla a partir de las meninges.

 

Esta subdivisión es crucial en el tratamiento, pero también en el pronóstico de un tumor cerebral.

¿Cuáles son las causas de un tumor cerebral?

Las causas del desarrollo de los tumores cerebrales primarios siguen siendo en gran parte desconocidas. Si no se encuentra ningún factor desencadenante del tumor en la persona afectada, los médicos hablan de un tumor cerebral esporádico. Un tumor cerebral esporádico debe distinguirse de los tumores cerebrales que tienen causas genéticas. Los tumores cerebrales pueden desarrollarse debido a determinadas enfermedades hereditarias, como la neurofibromatosis, la esclerosis tuberosa, el síndrome de von Hippel-Lindau o el síndrome de Li-Fraumeni. Sin embargo, estas enfermedades hereditarias son extremadamente raras y sólo unos pocos tumores cerebrales pueden tener su origen en ellas.

¿Cuáles son los síntomas de un tumor cerebral?

Un tumor cerebral suele manifestarse mediante dolores de cabeza, náuseas y/o vómitos. Pero las alteraciones sensoriales y/o las convulsiones tampoco son infrecuentes en un tumor cerebral. En las primeras fases, los afectados suelen padecer síntomas bastante inespecíficos. A medida que el tumor crece, se intensifican los síntomas existentes e incluso se añaden otros nuevos, que pueden variar según la localización. La mayoría de los pacientes suelen quejarse de los siguientes síntomas

  • Alteraciones visuales, como un punto negro (pérdida del campo visual) o una duplicación de las imágenes,
  • Parálisis, entumecimiento de miembros individuales, trastornos del habla,
  • alteraciones hormonales,
  • Alteraciones de la memoria,
  • efectos psicológicos, como estados depresivos o sentimientos de ansiedad,
  • Cambios de personalidad

¿Cómo se diagnostica un tumor cerebral?

Si se sospecha un tumor cerebral, debes consultar a un especialista en neurología. Durante una anamnesis detallada, te preguntará primero por tus síntomas y tu historial médico. Después empezará con la exploración neurológica, durante la cual se comprobarán los reflejos musculares, así como la fuerza y la coordinación muscular. Además, se comprueba la función de los nervios craneales. Aquí se comprueba si el paciente puede fruncir el ceño. También es posible iluminar los ojos para comprobar el reflejo pupilar.

Además de estas pruebas, también se utilizan otros procedimientos de diagnóstico por imagen, como la tomografía computarizada (TC) y/o la resonancia magnética (RM). También es posible realizar una electroencefalografía (EEG) y/o un examen del líquido nervioso. Si estos exámenes confirman la sospecha de un tumor cerebral, el médico tomará una muestra de tejido (biopsia).

Un análisis de sangre también puede proporcionar información sobre la presencia de un tumor cerebral. Para ello, se buscan en los valores sanguíneos los llamados marcadores tumorales. Se trata de sustancias que liberan las células tumorales. Un análisis de sangre también puede detectar cambios genéticos, las llamadas anomalías genéticas.

¿Cómo se trata un tumor cerebral?

El tratamiento de un tumor cerebral se adapta a cada caso. Los procedimientos de tratamiento más habituales son la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia. Los tres métodos de tratamiento se adaptan al tumor respectivo y también pueden combinarse entre sí si es necesario. La elección del procedimiento depende sobre todo del tipo de tejido, pero también de los cambios celulares, así como de las características biológicas moleculares y del estadio del tumor.

Con una operación, el tumor cerebral puede extirparse por completo o reducirse de tamaño, por ejemplo para aliviar las molestias de la presión craneal. Pero una operación también puede servir para detener la salida de líquido cefalorraquídeo causada por el tumor. La radiación, en cambio, tiene por objeto destruir específicamente las células tumorales cerebrales. Para algunos tipos de tumores cerebrales, la radioterapia es la única opción de tratamiento. La quimioterapia, al igual que la radioterapia, está diseñada para destruir las células tumorales cerebrales o, al menos, impedir que se multipliquen. La quimioterapia también puede utilizarse para reducir el tamaño de un tumor antes de la cirugía. Los médicos la denominan quimioterapia neoadyuvante. La quimioterapia adyuvante, por otra parte, es cuando la quimioterapia sigue a la extirpación quirúrgica del tumor cerebral. Su finalidad es matar las células tumorales restantes.

¿Cuál es el pronóstico de un tumor cerebral benigno?

El pronóstico depende de la evolución de la enfermedad y del tipo de tumor, su localización y su estadio de desarrollo en el momento del diagnóstico. La clasificación de gravedad de los tumores, elaborada por la OMS, sirve como punto de referencia. Un tumor cerebral benigno pertenece al primer estadio de desarrollo. Debido a su crecimiento relativamente lento, el tumor cerebral benigno tiene muy buenas perspectivas de curación.