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Los tumores desde la perspectiva de la medicina convencional

Los enfermos de cáncer suelen desear una alternativa más suave a las formas convencionales de terapia, a menudo muy estresantes, como la quimioterapia. Otros pacientes, en cambio, cuyo cáncer ya ha progresado mucho, ven la medicina alternativa como su último recurso. La medicina convencional y la alternativa deben colaborar estrechamente. La medicina convencional ha conseguido desarrollar terapias cada vez mejores gracias a su creciente nivel de investigación, que prometen perspectivas prometedoras de curación. Por tanto, la medicina alternativa debe utilizarse siempre como complemento de la medicina convencional, por ejemplo para mitigar los efectos secundarios de la quimioterapia o la radioterapia.

Medicina complementaria frente a medicina alternativa: una delimitación conceptual

Actualmente, el término medicina alternativa sólo puede distinguirse de forma inadecuada de la palabra medicina complementaria. En general, se supone que los procedimientos de tratamiento de la medicina complementaria se utilizan paralelamente a la medicina convencional. Mientras que en la medicina alternativa no suele haber ningún tratamiento complementario de la medicina convencional. Todavía hay muy pocos datos científicos sobre la eficacia de los métodos de tratamiento complementarios. Sin embargo, hay estudios que demuestran que ciertos métodos de medicina complementaria pueden tener un efecto positivo sobre los efectos secundarios de la terapia clásica del cáncer.

¿Qué métodos de medicina complementaria existen?

En general, los métodos de tratamiento de la medicina complementaria pueden dividirse en cuatro bloques temáticos:

  • Sistemas médicos: se caracterizan por su propia teoría médica de la enfermedad y el tratamiento y suelen complementar a la medicina ortodoxa. Los sistemas médicos incluyen la acupuntura o la homeopatía.
  • Procedimientos cuerpo-mente: sirven para mejorar la autoconciencia y el autocuidado. Incluyen la meditación o el yoga, por ejemplo.
  • Terapias corporales: pretenden influir en el sistema musculoesquelético e incluyen, por ejemplo, la quiropráctica y la osteopatía, así como el deporte.
  • Terapias biológicas: están dirigidas a una alimentación sana e incluyen nutrientes, diversas dietas o el uso de determinadas plantas medicinales.
  • Terapias de frecuencia: están dirigidas a la estimulación y a los agentes patógenos.

¿Para qué síntomas puede utilizarse la medicina complementaria?

No suele haber opciones de tratamiento de medicina alternativa para el cáncer. Sin embargo, pueden utilizarse tratamientos complementarios para los siguientes síntomas

  • Náuseas,
  • Diarrea,
  • Dolor articular y muscular,
  • Inflamación de la mucosa oral,
  • Trastornos nerviosos, como insensibilidad (polineuropatía) o dolor nervioso,
  • Trastornos del sueño,
  • Susceptibilidad a las infecciones,
  • Sudoración,
  • debilidad general y
  • Dificultad para concentrarse

 

Para algunos cánceres, las terapias naturales complementarias pueden aumentar la eficacia del tratamiento convencional. Se dice que las terapias deportivas y de ejercicio reducen el riesgo de volver a padecer cáncer.

A la hora de elegir el método respectivo, no sólo hay que guiarse por las dolencias actuales, sino también por la situación individual del paciente. Esto se debe a que todo método que sea eficaz en sí mismo también puede ser perjudicial en determinadas circunstancias, sobre todo si, por ejemplo, determinadas sustancias provocan interacciones no deseadas con medicamentos importantes contra el cáncer.

La nutrición como parte de la medicina complementaria

En el cáncer avanzado, es esencial evitar la pérdida de peso y la desnutrición. Los pacientes con cáncer de hígado e intestino, en particular, pueden incluso aumentar su esperanza de vida mediante enfoques nutricionales. Para las personas sometidas a quimioterapia, el ayuno de corta duración puede ayudar a mejorar la tolerancia de la medicación. Tras sobrevivir al cáncer, la normalización del peso puede reducir el riesgo de recidiva, sobre todo en pacientes con sobrepeso.