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Léxico: A
Aflatoxina y terapia de frecuencia
Definición:
Las aflatoxinas son compuestos químicos tóxicos producidos por ciertos mohos, sobre todo del género Aspergillus. Estos mohos suelen crecer en productos agrícolas como el maíz, los cacahuetes y las semillas de algodón, especialmente en condiciones húmedas y cálidas.
Origen:
Las aflatoxinas son producidas principalmente por las especies de mohos Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus. Estos mohos pueden crecer en diversos alimentos y piensos si las condiciones de almacenamiento no son óptimas.
Riesgos para la salud:
Las aflatoxinas son cancerígenas y pueden causar graves problemas de salud en humanos y animales. El consumo de alimentos contaminados con aflatoxinas puede aumentar el riesgo de cáncer de hígado. También pueden causar intoxicación aguda, que puede provocar daños e insuficiencia hepática.
Reglamentación:
En todo el mundo existen normativas estrictas para controlar los niveles de aflatoxinas en alimentos y piensos. Estas normativas pretenden garantizar que las concentraciones de aflatoxinas en los alimentos estén por debajo de los límites especificados para proteger la salud de los consumidores.
Prevención:
Para evitar la formación de aflatoxinas, es importante almacenar los productos agrícolas en condiciones adecuadas que inhiban el crecimiento de mohos. Esto incluye controlar la humedad y la temperatura durante el almacenamiento y el transporte.
Detección:
Las aflatoxinas pueden detectarse mediante diversos métodos analíticos, como la cromatografía líquida de alta resolución (CLAR) y los ensayos inmunoenzimáticos (ELISA). Estas pruebas son fundamentales para vigilar y controlar los niveles de aflatoxinas en los alimentos.
Vale la pena saberlo:
- Las aflatoxinas se descubrieron por primera vez en la década de 1960, después de que miles de pavos murieran en Inglaterra de una misteriosa enfermedad que posteriormente se relacionó con piensos contaminados con aflatoxinas.
- Hay distintos tipos de aflatoxinas, como la aflatoxina B1, B2, G1 y G2, considerándose la aflatoxina B1 la más tóxica.
La investigación:
La investigación se centra en el desarrollo de métodos para reducir la contaminación por aflatoxinas en los alimentos y en el cultivo de plantas resistentes a la infestación por mohos.